San Norberto, nacido en Alemania, estaba emparentado con el emperador. Era culto y brillante. De joven fue dado a los deleites del mundo. Se afanaba por el buen vestir y por alagar a las damas con sus poesías.
Su conversión, ocurrió a raíz de una tormenta que le sorprendió cuando viajaba a Westfalia, poco antes de cumplir los treinta años. Cayó un rayo a los pies de su caballo y Norberto fue tirado al suelo. Quedó inconsciente por una hora y al despertar decidió dejar atrás la vanidad de su vida pasada. Se retiró a un monasterio para hacer penitencia y repartió todas sus riquezas entre los pobres.
Fue ordenado sacerdote y recibió del Papa la misión de ir a evangelizar. Recorrió para ello el norte de Francia descalzo y sin dinero. En muchas partes lo rechazaron y hasta en ocasiones tuvo que marcharse para evitar la violencia.
Asistió al concilio de Rheims y se le encomendó que fundara un monasterio, lo cual hizo en el Valle de Prémontré. Es por eso que los miembros de la orden que el fundó se llaman los premonstratienses. Tuvo éxito y la orden se extendió por toda Europa.
Tuvo que dejar el monacato al ser nombrado arzobispo de Magdeburgo. Como obispo supo gobernar sin ser ni blando ni transigente. Trataron de varias veces de matarlo. Murió sin embargo de muerte natural, en 1134. Fiesta: 6 de junio
Oración a San Norberto
San Norberto,
tú, que como los verdaderos atletas
dejaste toda carga inútil
para correr con constancia
la carrera que tenemos por delante.
Ayúdanos a abandonar nuestras comodidades
y el lastre del pecado,
para sembrar la paz.
Enséñanos a levantar la mirada
hacia el modelo perfecto de nuestra Fe, Jesús,
y que de esta manera
estemos siempre preparados para toda obra buena.
¡Oh, gran Norberto!,
ayúdanos junto a María
a no abandonar jamás la oración y la alabanza
a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
AMEN
¡San Norberto, ruega por nosotros!