Hablando con el Babalao José
RM- ¿Usted cree que la sugestión y la autosugestión tengan un papel importante en la posesión religiosa?
J- En el caso que te expliqué de los pacientes psiquiátricos, sí. A una persona normal, ¡quién sabe si a través de un toque de tambor se le puede hipnotizar! De hecho se le puede hipnotizar. Pero la expresión religiosa de la deidad que baja y se apodera de la persona, eso no puede ser por sugestión. Ese es el mismo, digamos, bordern line que hay que enfocar desde el punto de vista psiquiátrico y desde el punto de vista religioso; porque hay dos extremos que son perfectamente identificables: los simuladores y los pacientes psiquiátricos, que les da el ataque y caen. A esos todo el mundo los identifica, y es bastante fácil para el conocedor. Pero ya una vez que nos acercamos al médium…, eso merece un estudio serio.
RM- ¿Usted cree que los conceptos de sugestión y autosugestión no son suficientes para explicar esto?
J- Sobre la base de lo que se conoce como posesión, hay una disociación del campo de la conciencia. Desde el punto de vista neurofisiológico, todo trance, sea hipnótico, epiléptico, o de cualquier otro tipo, tiene por debajo una disgregación o disociación, o estrechamiento del campo de la conciencia. Don Fernando Ortiz hace mucho tiempo describió el mecanismo del poseso en un toque batá apelando al conceptos de sugestión, y quienes hemos practicado la hipnosis durante mucho tiempo, entendemos bien este procedimiento. Lo que es difícil entender es la patoplastia, es decir, la expresión particular que cada persona le da a la entidad. ¿Por qué razón un individuo que está en un trance producido por causas de carácter externo ha de tener esa expresión religiosa? Eso tiene una explicación científica psiquiátrica, y tiene una explicación religiosa. Yo he visto actos de posesión en toques cuya explicación es puramente psiquiátrica. Si estuviera ahí un psiquiatra no consagrado, podría explicarlo con facilidad. Pero, no siempre la explicación es sencilla; he visto gente montada por sugestión, y gente que se ha montado sin mediación del elemento sugestivo, y me han hablado, y me han identificado. Sin yo caer en el extremo del fanatismo ni del proselitismo, debo decir que he tenido esas vivencias.
RM- ¿Todos poseemos entidades espirituales?
J- Todo el mundo posee entidades espirituales.
RM- Por ejemplo, ¿yo debo tener a un negro Francisco que era esclavo en un central de Camagüey, que me acompaña, que me protege…?
J- Nosotros siempre saludamos a nuestros muertos familiares y a nuestros muertos de protección, quienes quiera que sean. Ahora, lo que puede cuestionarse es la medida en que nos protegen y la forma en que lo hacen.
RM- ¿En qué medida la religión yoruba acepta o incluye en sí el espiritismo?
J- El espiritismo, como se ve en Cuba, no lo incluye. Hay que deslindar lo que se tiene como práctica aquí en Cuba, y lo que en estos momentos, dada la literatura que estamos revisando, se maneja respecto a la religión yoruba. La religión yoruba es de mucha espiritualidad y mucho culto a los ancestros, pero con ceremonias muy propias de la religión yoruba, que no tienen nada que ver con el espiritismo. Por ejemplo, la misma ceremonia de darle comida a los muertos… No hay ninguna ceremonia en la religión yoruba que no comience dándole cuenta a los muertos; y se le da coco a los muertos, y se le pregunta a los muertos, pero con una parafernalia propia del muerto.
RM- ¿Y habría algún inconveniente en incorporar sincréticamente estos elementos del espiritismo a la religión yoruba?
J- Bueno, de hecho se han incorporado.
RM- Teóricamente ¿habría algo en contra de eso?
J- En mi práctica como babalao yo lo acepto, y al que le salga, al que le aparezca en el registro, le indico que vaya a la misa espiritual. Hay ocasiones en que el muerto lo pide. Si nosotros tuviéramos aquí gente especializada en el culto a eggun, ¡quién sabe si ya no existiría el espiritismo!
RM- ¿No los hay?
J- No los hay, que yo conozca. Pero en Nigeria sí hay sociedades y ocasiones en que se hace culto aeggun, y éste puede bajar, un eggun del panteón familiar, de la casa. Y habla…