"La carne estalla; húmeda, febril, erecta, tensa, abierta por el tambor. Vibran el cuero y el cuello. Y el vientre firme y los hombros volubles y los muslos sudados y las nalgas henchidas y la pelvis delirante y los pies dementes. Los cuerpos giran, se atraen, chocan, se repelen, se buscan de nuevo. Risa, llanto, gemido, arden la sangre y el alma y los fluidos arcanos cuando se desata la rumba."
Con el desarrollo de la economía de plantación azucarera fueron introducidos forzadamente en Cuba, como esclavos, hombres y mujeres de los más variados grupos étnicos del continente africano.
La raíz africana resulto ser una de las raíces fundamentales en la formación y desarrollo de la nación y cultura cubanas. Sus aportes fueron decisivos en diferentes aspectos de la vida social y cultural de nuestro país.
En el sigo XIX, Matanzas llegó a producir el 55.56% de toda la azúcar de Cuba, por lo que en esta provincia fueron asentados la mayor y más variada cantidad de esclavos africanos de nuestro país. De ellos se destacan los siguientes grupos étnicos: congo
(Bantú), lucumí (yoruba y nupe), arará (ewé fon), carabalí, mandinga y ganga.
Sus prácticas mágico religiosas, luego de un largo, complejo y espontáneo proceso de transculturación, y de sincretismo religioso con elementos del catolicismo español en Cuba, dieron lugar a los llamados cultos sincréticos. Ellos son la Regla de Ocha o Santería Cubana (de origen yoruba y nupe), la Regla Iyessá (de origen yoruba), la Regla Palo Monte (de origen bantú), la Regla Arará (de origen ewe fon), la Regla Gangá , y también a la Secta Secreta Abakuá (de origen carabalí).
Los vehículos de expresión y representación de estas prácticas mágico-religiosas son la música, cantos, bailes, oralidad, sistema plástico visual, artesanía ritual, etc. Sus valores se han conservado a través de las generaciones de iniciados, y han devenido en una fuente de la que se nutre la creación de las más diversas manifestaciones artísticas.
El mes de Diciembre tiene una gran significación para los practicantes de estos sistemas rituales, ya que en él se celebran las festividades de dos santos católicos con los que se han sincretizado deidades de origen africano. Estos santos son Santa Bárbara y San Lázaro.
Con Santa Bárbara (4 de Diciembre) en la Regla de Ocha o Santería Cubanas sincretiza Changó, deidad dueña del rayo y del fuego, y que simboliza la virilidad y la alegría masculinas. Con las mismas características en Palo Monte sincretiza con Nsasi o Siete Rayos, y para la Regla Arará resulta ser Hevioso.
San Lázaro (17 de Diciembre) es uno de los santos católicos más venerados en las diferentes expresiones de la Religiosidad Popular en Cuba. Considerado muy milagroso por los creyentes. Con él, en la Regla de Ocha, sincretiza Babalú Ayé, deidad que representa las enfermedades. En la Regla Palo Monte sincretiza con Kobayende, y en la Regla Arará con Asoyín o Asojano.